martes, 9 de agosto de 2011

Último eslabón

¿Dónde están los hombres?Gritan las mujeres amotinadas. Ya no hay hombres. Ya no puede una enamorarse.

O bien son guapos, viriles e infieles ¡y lloramos!
O bien son vanidosos, fatuos e impotentes ¡y lloramos!
O bien son cretinos, pegajosos, idiotas ¡y les hacemos llorar!
Y lloramos por quedarnos solas llorando.
Pero continúan buscándoles, siempre esperándoles. Hoy son las mujeres las que buscan a los hombres, son las mujeres las que los reclaman a voz en grito, son las mujeres las que están en celo ¡y no los hombres! Contratan agencias y rebuscan en internet. Es la última moda. Yo no creo en internet, creo en la vida, en la carne de la vida, creo en el deseo que arrastra la vida, y si el deseo se agota, es que ya no eres digna de él.
En otro tiempo amaba la vida. El deseo que hace que toda la superficie de la piel se alumbre y desee la superficie de la otra piel de la que no se sabe nada. Antes de conocerse ya son íntimos. Ya no se puede vivir sin la mirada del otro, sin su sonrisa, sin su mano, sin sus labios. Se pierde el rumbo. Se vuelve uno loco. Se le seguiría al fin del mundo, mientras la razón te dice ¿pero qué sabes tú de él? Nada.
No existe la igualdad sexual. No estamos en igualdad porque nos volvemos salvajes.
Continuamente se preguntaba que habría sido de ese hombre, A veces incluso se dormía soñando que venía a llamar a su puerta. Y que se iba con él, a recorrer
mundo
.