lunes, 31 de diciembre de 2012

Bye bye 2012


Pues yo no quería ser menos que todas las personas que tengo en diversas redes sociales, las cuales hacen un balance de su año en el cual van sus penas, alegrías y propósitos,de los cuales no harán ni la milésima parte.
Si soy sincera, no quiero que acabe mi querido 2012, el cual para mí ha sido más que genial y eso que dicen de después de un año bueno, viene el malo… Y qué coño! 2013 es un impar feo de cojones.
Mi querido 2012 me ha dado la graduación en la carrera que más ánimo me da todos los días para levantarme de la cama y ponerme en contacto con esta mierda de mundo. Es el que me ha permitido estar dos meses trabajando en esto y poder comprobar, que no ha habido dos meses más plenos en mi vida desde hacía mucho tiempo.
He asentado amistades que jamás imaginé, sobretodo en Almerida, mi querida Noe y mi loca Nieto, mi Rosicabenferri, mis ENORMES compañeras de piso aunque más que compañeras han sido mis madres y hermanas, mis queridas chicas de la UAL, a las que tanto eché de menos este año y me piden que vaya de visita. Y lo cierto, es que no puedo quejarme de amigas. Eso sin contar, a mis queridos alicantinos (estudiando en otros sitios o no) que los he tenido y tendré siempre, tanto a los de toda la vida como a mis músicos guapos y salaos.
He sufrido, porque… ¿quién no sufre en un año? He sufrido con las peleas y separaciones de otros tantos amigos, esos por los que parece que siempre falte algo, porque en cierta manera, sean o sean ahora amigos, estén más cerca o más lejos, hables más o menos, han sido una parte indispensable este año, han formado parte de la historia de mi vida y hasta incluso me han hecho crecer.
He sufrido con la pérdida de seres queridos, que no me hacen más que recordar todos aquellos que ya perdí una vez, un año tras otro, uniones y lazos que jamás olvidas, hechos por los cuales, hemos conseguido que toda la familia tuviésemos una espectacular cena y fiesta, con la excusa de juntarnos en otro sitio un poco más agradable y animarnos a seguir haciéndola siempre, pero todos, cosa que unir a semejante burrada de butrones, será complicado.
Y como en todo año que le ocurre a todo el mundo, he maldecido hasta el día en que nací por dejar pasar citas que podrían haber sido impresionantes, chicos que estuvieron pero que mi pasotismo y mi desgana hicieron mella y con esto, se marcharon.
He ido a festivales donde el logro era sobrevivir bebiendo una semana durante 24 horas, he viajado, dormido en sofás, cogido enfermedades extrañas, volví a nacer gracias a los reflejos de mi madre y la ayuda de mi fisio y el collarín, he pasado un verano espectacular como mínimo, me he mudado de ciudad y de piso, sigo en mi querida música y conservo todo aquello que quiero y he querido conservar siempre. El resto, pues atrás quedó.
No voy a hacer propósitos de año como dejar de beber un sábado o el típico de ir al gym, porque ya lo hago y no dejaré de hacer ambas. No quiero regalos, ni que los reyes pasen por no sé qué casa. Quiero los pequeños placeres que hacen que disfrute día a día mi vida. Y esto preparada para volver a cometer millones de errores, con los cuales seguiré creciendo y aprendiendo, e incluso algunos de ellos me llevarán a conocer otras cosas nuevas e impresionantes.
Este año pido felicidad, para todos los míos, para que puedan  seguir siendo como son, para que tengan todo aquello que merecen.
Pido justicia para todos aquellos que no la han tenido y que todas las cosas se pongan en su sitio, una detrás de otra, como si todo tuviese que encajar, como si no pudiese ser de otra manera.
Pido que cada uno viva su vida acorde a sus deseos y voluntades, en paz consigo mismo y con el resto.
Pido que lloren lo mínimo y rían todo lo que puedan, que aprovechen los días aunque sus rutinas sean una auténtica mierda o aunque los días no acompañen.
Quiero terminar el año teniendo a todas las personas que ya conozco y he conocido e incluso las que tengan que venir. No quiero más despedidas, ni más sufrimiento, ni más adiós, ni más noches en vela. No quiero tener la necesidad de sentirme culpable cuando no lo soy.
Quiero que nos dejen a mí y a todos los míos vivir en paz.
Quiero que los míos sean felices, para poder serlo un poquito más yo también.
A ver qué coño nos depara este 2013.

sábado, 22 de diciembre de 2012

¿Qué sería yo sin ti?

La conocemos todos... esa soledad que nos mina a veces. Que saborea nuestro sueño o arruina nuestras madrugadas.
Es la tristeza del primer día de colegio. Es el momento el que él besa a una chica más guapa en el patio de instituto. Es el niño que no tendremos nunca juntos.
Soy a veces yo.
Eres a veces tú.

Querida Gabrielle:
Quería decirte simplemente que mañana vuelvo a Francia.
Simplemente quería decirte que nada ha significado más para mí durante mi estancia californiana que los pocos momentos pasados juntos en la cafetería del campus, hablando de libros, de cine, de música y cambiando el mundo.
Simplemente decirte que, varias veces, me hubiera gustado ser un personaje de ficción. Porque en una novela o en una película el héroe habría sido menos torpe para hacerle comprender a la heroína que le gustaba de verdad, que disfrutaba hablando con ella y que sentía algo especial cuando la miraba. Una mezcla de dulzura, de dolor y de intensidad. Una complicidad turbadora, una intimidad conmovedora. Algo extraño, que no había experimentado nunca antes. Algo cuya existencia ni siquiera sospechaba.
Simplemente decirte que una tarde, cuando la lluvia nos sorprendió en el parque y encontramos refugio en el pórtico de la biblioteca, sentí, creo que como tú, ese momento de desconcierto y atracción que, por un instante, nos perturbó. Aquel día sé que estuvimos apunto de besarnos. No di el primer paso porque me habías hablado de ese novio de vacaciones en Europa, a quien no podías ser infiel, y porque no quería presentarme ante tus ojos como un tipo como los demás, que ligan contigo descaradamente y a menudo sin respeto.
Sé, sin embargo, que si nos hubiésemos besado, me habría vuelto con entusiasmo, pasando de la lluvia o del buen tiempo, ya que contaría un poco para ti. Sé que ese beso me hubiera acompañado a todas partes y durante mucho tiempo, como un recuerdo radiante al que aferrarme e momentos de soledad. Pero, después de todo, algunos dicen que las historias de amor más hermosas son aquellas que no han tenido tiempo de vivirse. Quizá los besos que no recibimos sean también los más intensos...
Simplemente decirte que cuando te miro, pienso en las veinticuatro imágenes por segundo de una película, En ti, las veintitrés primeras imágenes son luminosas y radiantes, pero de la vigesimocuarta emana una verdadera tristeza que contrasta con la luz que llevas en ti. Como una imagen subliminal, una fisura bajo el brillo: una falla que te define con mayor sinceridad que el escaparate de tus cualidades o de tus éxitos. Varias veces me he preguntado qué es lo que te ponía tan triste, varias veces he esperado que me hablaras de ello, pero nunca lo has hecho.
Simplemente decirte que te cuides mucho, que no te contamine la melancolía. Simplemente decirte que no dejes que triunfe la vigesimocuarta imagen. Que no dejes que se imponga el demonio sobre el ángel con demasiada frecuencia.
Simplemente decirte que, a mí también, me has parecido admirable y luminosa. Pero eso te lo repiten cincuenta veces al día, lo que al fin hace de mí un tipo como los demás...
Simplemente decirte, en fin, que no te olvidaré nunca.
Martin.


martes, 18 de diciembre de 2012

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La clave es uno mismo. La clave eres tú.
Eso ha sido y será así siempre, por más excusas que pongamos.Quién mejor que tú para tomar las riendas de tu vida, dejar de hacer lo que los demás esperan que hagas, y el que no pude, es que no lo intenta lo suficiente o que simplemente no quiere.
Suelo tener tendencias derrotistas seguidas de fuerzas imparables, lo que en mi casa se conoce como arrancás de caballo y paradas de burro. Pero hoy me doy cuenta, de que es porque nunca lo intento lo suficiente, porque en el fondo no quiero hacerlo. Un disimulado no puedo cuando es un no quiero, sea cual sea el motivo.
Abandono y tiro la toalla antes de que ni siquiera hayan empezado a tomar forma las cosas, pierdo el interés en lo que tardo en darle a una llave de la luz y que se encienda la bombilla. No me exculpo, porque por fin creo que no tengo que hacerlo. ¿Y qué si soy así? Es decir, hago lo que quiero, aunque eso suponga cambiar de opinión doscientas veces, pero finalmente lo que me interesa conseguir, lo hago.
Se acabó. Y seguiré haciendo como siempre, tomando decisiones precipitadas de las que me arrepentiré y de otras me alegraré, pero decido yo, y eso es lo que me importa.
Hoy decido que quiero irme y si no cambio de opinión doscientas veces antes de verme con una maleta en el aeropuerto con fecha de ida pero sin saber mi vuelta, eso es lo que haré.

martes, 30 de octubre de 2012

Niños


Odio los patrones. Los márgenes sobre los que hay moverse. Derecha o izquierda. Blanco o negro. Y educados para seguir un fin y cumplir unos objetivos, las más altas metas a fuerza de aplastar o hacer todo lo que esté en nuestras manos, rozando salirse de lo ético si es necesario para poder conseguir esa aprobación social que te hace gozar y presumir de títulos que bien no significan que estés más preparado ni seas más inteligente que cualquier persona que te rodee.
Hay que luchar desde que entramos a la guardería por ascender, un curso tras u otro, siempre siendo los primeros, para gozar de becas y elogios que te ofrece poder ir en la cima. Todo dirigido a poder  ir a una universidad y ser el más competente de los médicos que salgan, de maestros, de ingenieros, físicos o matemáticos. El caso es que lo logres y no seas bueno, sino el mejor.
Y esto, esto que he dicho anteriormente es una auténtica mierda. Cuántas veces no he dicho que estudiaba música y me han respondido ¿y qué más? ¿cómo y qué más? ¿Acaso la música no es mucho más sacrificado y muchos más años que una carrera? Es un desprestigio el simple hecho de decir soy músico que causa en la persona que te lo oye decir, una seriedad que sólo quedaría que te dijese… qué pena y desperdicio, palmadita en la espalda y echar a correr.
“Sácate otra cosa, no vas a vivir de eso” es la frase que más se utiliza como respuesta y no sólo la música, sino también los bailarines, los pintores y demás carreras artísticas y, o bien te propones ser un auténtico genio, un Mozart o un Picasso que cause un antes y después para ganarte un cierto reconocimiento o más te vale tumbarte a morir.
Matamos la felicidad y la ilusión de los niños desde que empiezan a ser escolarizados, uno tras otro y día tras día, luchamos para que consigan estar sentados en una silla el mayor tiempo posible y arrancamos cualquier vestigio de creatividad que venga de ellos porque “no está en el temario”.  Y nosotros, cada uno de nosotros tenemos culpa de intentar crear copias exactamente iguales que los demás, una cadena de conocimientos inamovibles, vivamos el momento histórico que sea. Nos acomodamos pensando que no podemos hacer nada, pues la sociedad de conduce a ello porque es más fácil así expiar nuestras culpas. Conocimiento, matemáticas, lengua, físicas y químicas pero eso sí, música y plástica optativas.
La respuesta es que no creamos niños competentes sino inseguros, niños que no quieren ser niños porque quieren ser como los mayores, que dan más asco conforme pasan los años. Prueba de ello es que cada vez necesitamos más idiomas, más títulos, más masters y cursos de formación postgrado que no sirven absolutamente para nada.
Tenemos mucho más que aprender de los niños, que ellos de nosotros.
“Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”.
Pitágoras
“De todas las personas, los niños son las más imaginativas. Se entregan sin reservas a todas las ilusiones”.
Milton


martes, 31 de julio de 2012

JAMÁS


Podría hacer una lista inmensa de las cosas que he aprendido gracias a él, pero sin duda la honestidad y la lucha son las más significativas.
No escribo para que lean lo que pasa, cosa que no hará nadie más que yo, que leeré este texto una media de doscientas veces por día, sino porque siento que no puedo más.

Porque es muy fácil, de una manera que no podríais imaginar lanzar la piedra y esconder la mano sin sopesar la cantidad de daño que puedes hacer  a las personas, nunca he sido consciente de eso y ahora más que nunca me doy cuenta.


Porque el fin JAMÁS DE LOS JAMASES justifica los medios y el acoso y derribo es una cosa que debería estar penada con la cadena perpetua.


Juzgamos e inventamos, y cualquier cosa es válida para arremeter contra una persona a la que sólo se le tiene envidia, porque se ha ganado el cariño de la gente. Y no comprando unos putos votos sino porque no se va de vacaciones, porque no apaga el teléfono en ningún momento del día, porque los problemas de los demás son los suyos, porque no le basta con trabajar todas las mañanas y tardes de entre semana que se le puede encontrar en mi casa a cualquier momento del día.


Y todo esto no es trabajo que puedan conseguir los demás en meses ni siquiera años. Ni lo digo porque me lo diga mi madre o mi padre, lo digo porque lo veo a cada momento del día.


Es una persona que puede ir por la calle con la cabeza bien alta y que ayuda por igual a todos, incluso a aquellos que no se lo han puesto fácil, porque no calumnia ni hace daño a los demás y esa es la peor parte, porque si una mínima pizca de maldad tuviese no le estaría pasando todo lo que está ocurriendo. Es lo que pasa cuando das la mano y te cogen el brazo.


A pesar de todo, la lucha cansa y cuando es año tras año se hace cuesta arriba de una manera que por mucho que podáis imaginar no tenéis ni puta idea de lo que callamos día tras día, a pesar de que yo aquí no se ni la mitad de la historia.


Porque vosotros habláis gilipolleces y memeces, os reís y os vais a vuestra puta casa a dormir, y el que no pega ojo es el mismo de siempre.


A todos vosotros, a cada uno de vosotros que habéis jodido tantos de sus días quiero deciros que me alegro de ser hija de quien soy porque si algo no podéis hacer vosotros es enorgulleceros de lo que sois, no podéis ir con la cabeza alta por la calle, vosotros, gente mala y sin escrúpulos que si no tiene bastante en el ámbito profesional va a dar donde duele y eso si que no señores.


Un cuarto de siglo no se elimina de un plumazo en la mente de nadie, ni los que están a favor ni los que están en contra y eso, por más que insultéis no se borra, de absolutamente de nadie ni nada. Porque todo ese trabajo se lo han currado, no sólo él sino todos los que trabajan igual o más que él, que tienen que aguantar vuestras estupideces.


Todo lo que han conseguido es fruto del trabajo y por suerte, no saben de otra manera. Y como dijo una prima mía: “para hablar, primero tienes que estar a la altura”.


Lucha, luchar y seguir luchando, todos y cada uno de vosotros, porque estáis en unos puestos mas que merecidos. Siempre con la cabeza alta. Siempre adelante, que es lo que a ellos les jode.

miércoles, 30 de mayo de 2012

13 meses, 25 horas.


Es muy bonito soñar cómo podría ser el chico de tus sueños, que si paseos por la playa donde todo parezca de película, que te haga sentir especial, que se desviva por ti, que vayáis al cine, que te sonría y que con un beso te quite todos tus temores de golpe, que te llame para decirte que te echa de menos, que se presente por sorpresa… Sí y esta muy bien y todas en el fondo, por muy  dejadas que seamos, es lo que buscamos.
Pero yo quiero un hombre que por encima de eso sepa decirme que no, que me diga lo que piensa en todo momento y me cuente sus dudas de lo nuestro, que me diga que soy especial pero sin que me acostumbre a oírlo, que no me diga amor y cariño sino que me diga fea e inútil, que me pare los pies y me achante en las peleas, que me haga rabiar, que me rompa con un abrazo, que me diga que podría haberla escogido más guapa pero no mejor,  quiero un hombre real, que para películas ya está Disney. 
Quererlo 367 días del año, los 13 meses y las 25 horas del día.



martes, 22 de mayo de 2012

Sueños

Somos jóvenes y deseamos. Todo el rato estamos soñando y deseando algo nuevo, cada segundo, cada minuto la lista de cosas que querrías hacer y decir aumenta por momentos.
La mía es tan larga que podría tirarme desde hoy hasta el fin de mis días intentando cumplirla, pero en realidad, me gustan así, mis sueños de cosas que haría y que probablemente nunca haré, pero de las que me siento feliz de recordarlas o tan solo con haberlas imaginado.
Me encanta soñar, supongo que porque ahí me atrevo a hacer o decir las cosas que en realidad nunca haría, pero es que son tan bonitos y tan importantes los sueños y las aspiraciones, que deberían enseñarnos a conocernos a nosotros empezando por ellos.
Creo que los sueños recogen las esencias de las personas, que son la primera piedra donde se asientan todas las demás cosas; sueños con la persona que te gusta, de tu futuro, tus temores y tus pesadillas, tus aspiraciones, cosas imposibles que descolocan y otros tantos que al despertar nunca recordamos.
Pero son especiales, siempre están ahí y a pesar de todo jamás nos abandonan. Soñamos despiertos, dormidos y nos pasamos el día entero imaginando cómo serían las cosas y deseando que pasaran tantas otras.
Los sueños están hechos para ser sueños, siempre, y no deben ser cumplidos. Deben seguir ahí, como parte inquebrantable de nuestra vida secreta, de la que nadie conoce. Otra cosa es conseguir tus aspiraciones y tus metas. Pero jamás deberíamos olvidarnos de ellos, ni cambiarlos por nada ni nadie.
 Los sueños, sueños son. Y son los que nos mantienen todos los días.

sábado, 17 de marzo de 2012

Brindemos


Brindemos.
Brindemos por aquellos amigos que siéndolo, nos han dado la patada más fuerte. Brindemos por aquellos que decían serlo, por aquellos que le dimos la mano y se cogieron el brazo. A aquellos que con sus gestos se han quedado solos aunque crean no estarlo, por aquellos que siempre han estado solos y que al conocerles reconoces el por qué. Brindemos por la amistad, esa que tanto falta y que tanto hiere, brindemos por ella porque pocas veces hace acto de presencia. Hagámoslo por las lágrimas caídas, el sentimiento de derrota o quizá el de impotencia.
Brindemos por aquellas palabras que dijiste borracho porque tantas veces las pensaste sobrio, por aquellas palabras que no tienes el valor a decir por miedo a que hieran y por aquellas que dices sin ningún propósito y arman revuelo.
Las palabras son armas de doble filo, capaces de herirte en lo más profundo de tal manera que queden grabadas en ti. Por eso brindo, para dedicarte un tiempo que quizás no mereces pero que a mi me hace sentir mucho mejor.
Y entre tanto brindis y sonrisas falsas mantenidas por plena cortesía en nuestro pequeño teatro, en el que todos sabemos lo que ocurre aunque preferimos mantenerlo al margen, el espectáculo debe continuar.
Y por todo esto me siento mucho mejor, porque aunque siempre tengo la eterna duda y un dilema constante con la amistad, la confianza y la traición sé que estoy donde merezco estar y tú estás en el que te has buscado, porque aunque no seas tan importante y cada vez lo seas menos voy a dedicarte hoy mi brindis.
Un brindis por ti, para que verdaderamente algún día seas capaz de cambiar y poder tener amigos que te acepten tal y como eres y no  por como quieren que seas, por nuestra querida amistad que tanto apesta, por las mentiras que me dijiste sin tener necesidad de hacerlo, por aquellas risas y buenos momentos y por aquellos malos donde no estuviste y que hoy doy gracias que no lo hicieras, por aquellos secretos que no lo eran tanto, por tu gran capacidad para fingir, por tus bonitas palabras que has dicho de mi  y sobretodo por subestimarme y creer que soy tonta, por creer que iba a tragarme tu amistad de quita y pon, por creer que no sé nada cuando sé más de lo que crees, porque necesitas darte cuenta que amistad es estar siempre y sin pedir nada a cambio, y que amigos de un sábado no son amigos.
Brindo por ti porque aunque no seas importante en mi vida gracias a ti me he dado cuenta con quien cuento, me has hecho darme cuenta  de cómo quiero ser, me has ayudado a formarme un poquito más en mi caótica personalidad, porque soy más fuerte de lo que yo pensaba, por enseñarme a callar pudiendo hablar y hacer daño.
Brindo por ti porque aunque quizás te de una importancia que no mereces creo que hoy te lo has ganado,  porque “no hay más ciego que el que no quiere ver”.

“Desconfía del que promete estar siempre a tu lado, suele ser el primero en encontrar la salida”. 

lunes, 13 de febrero de 2012

Balances y cavilaciones



Podría enumerar algunos datos superficiales que he podido aprender en todo este tiempo, algunas opiniones y aportaciones importantes para el desarrollo de nuestro futuro educativo pero para ser francos pocas cosas he aprendido de la carrera y muchas de la vida en estos tres años.
He aprendido que tienes que luchar por lo que quieres conseguir, con uñas y dientes y que para ello tienes que hacer cosas agradables y cosas que no lo son tanto.
En estos tres años he madurado y he aprendido a aceptar las derrotas y a celebrar las victorias, a aceptar las decisiones tanto si me han gustado como si no. He aprendido que no siempre puedes agradar a gente y quien menos te lo esperas es el que va a estar ahí.
He aprendido a valorar las cosas pequeñas y aparentemente insignificantes y que sin embargo, han sido las que han marcado la diferencia de compañeros Y GRANDES AMIGOS.
Irme fuera me ha servido para ponerme a prueba, para aprender manuales de supervivencia, para aceptar los cambios, las desilusiones y los fracasos. Para poder empezar una vida nueva y aprender a valorar el esfuerzo que cuestan las cosas.
De estos tres años me llevo mi título de "seño Maia", me llevo millones de sonrisas de monstruitos, me llevo consejos, me llevo un trocito de cielo, me llevo escapadas piadosas, me llevo viajes, me llevo maletas vacías, me llevo muchas fiestas y locura, me llevo desayunos al sol, me llevo paseos interminables, millones de horas de conversaciones y dos millones de sacos de risas.
Me llevo un auténtico manual de cómo hacer chuletas, visitas, amigas que no creía posible y fracasos con amigas que creía para siempre.
Es increíble comprobar lo que puede cambiar la vida de una persona en el trascurso de tres años que aunque se dice pronto, y a pesar de que ha habido momentos agonizantes, han pasado más que volados.
Tres años donde no te das cuenta de todo lo que has pasado, vivido y cambiado más que viendo fotos y leyendo viejas conversaciones.
Tres años en lo que nada es lo que parece, donde te das cuenta de todas las cosas, donde maduras a base de golpes, donde creces y te formas, ya no académicamente sino personalmente.
Para mi han sido años inmejorables y no los cambiaría por vivirlo de otra manera.
Y a pesar de todo lo malo y todo lo bueno, me encanta Almería, me encanta su gente y no se cómo voy a poder acostumbrarme a no ver caras familiares todos los días y nuestros pequeños rincones todos los días.
Porque para mí no ha habido nada más gratificante que sentir, querer y hacer lo que más me gusta.



miércoles, 8 de febrero de 2012

Mi verdad universal



¿Has sentido a veces que no sabes que pensar? ¿Ni sobre lo que decidir y que, por mucho que lo pienses vas a seguir igual?
Pues bien así soy yo.
Puedo estar eternamente decidiendo desde los temas más banales hasta los más importantes. Tomar una decisión únicamente porque es lo que hacen todas las personas normales y aun así seguir dudando, no dos días ni dos meses siquiera, sino que puedo estar dudando en tiempo indefinido. Cavilando eternamente. Mi vida es un mundo de inseguridades, donde siempre me debato entre el sí y el no, entre el hacer lo que pienso y lo que no, entre callarme o hablar.
Por eso creo que siempre estoy en estado de espera.
En espera de algo, en espera de poder decidir con seguridad sobre algún aspecto de mi vida, de tener la completa certeza que hago las cosas correctamente. Es espera de algo que me llene realmente y deje de hacerme dudar y tener la certeza absoluta que eso es lo que quiero y aferrarme a ello.
¿Cómo se supone que piensan y actúan las personas que son seguras? Las odio o más bien podría decir que las envidio. No lo sé exactamente, ni tampoco me sorprende.
¿Cómo saben descartar con esta falicidad? ¿Cómo saben qué camino coger? Yo me quedaría eternamente en el principio donde se bifurcan, por miedo a escoger el incorrecto.
Creo que nunca decido porque en el fondo tengo pánico de quedarme sola.
Que decida mi suerte, o mi desgracia.
¿O no?



sábado, 4 de febrero de 2012

Quizás.

Las cosas no son como deberían ser. Las cosas son demasiado complicadas y no todos tenemos la fuerza para luchar ni el valor para dejarlas ir.
No todos tenemos la cualidad de saber pasar de los comentarios, ni del qué dirán. No todos tenemos el valor de volver a intentarlo. No todos no tenemos miedo a algo que escapa a nuestra comprensión.
Pero sin embargo, todos en el fondo queremos, queremos algo. La diferencia es que cada cual elige su modo de llevarlo.

jueves, 26 de enero de 2012

¿?

Echo de menos a tantas personas y a tantas cosas... que yo ya no se que pensar...

miércoles, 25 de enero de 2012

A veces

A veces todos deberíamos callarnos, a veces deberíamos dejar de decir yo nunca haré eso, a veces deberíamos seguir las metas que nos proponemos, dejar de darnos aires de algo que no somos, reconocer que todos somos falsos en momentos de nuestra vida y con determinadas personas, a veces deberíamos tragarnos nuestras palabras una a una.
A veces, deberíamos aprender a pensar las cosas dos segundos antes de decirlas y otras veces no pensar nada y sentir el deber de seguir tus impulsos.
A veces deberíamos ser más fieles a nuestras palabras y más francos con las personas.
A veces deberíamos ser un poco más nosotros mismos.
A veces deberíamos ser tantas cosas que no somos...

viernes, 13 de enero de 2012

El pasado siempre vuelve.

Son como esos fantasmas del pasado que vienen a atormentarte, a traerte sus recuerdos, los tuyos, los que tenías olvidados o más bien tú te habías obligado a ello.
Perdiste, sin querer entrar en el juego lo hiciste y desde entonces no has hecho más que perder. Perder ilusiones, perder risas, perder caricias, perderte aquello que te hacía feliz, perderte a ti misma.
Sabes que pasó queriéndolo o no, pero aun siendo inconscientemente sabes que no existe justificación, no existe marcha atrás. No puedes justificarte ni esconderte en tu forma de ser, cualquiera podría hacerlo con la suya y no hubieses aguantado ni la cuarta parte y lo sabes.
Sin embargo, siempre esperas que estén ahí, que nunca se cansen de tus borderías, de tus estufidos, de tus desplantes y de tu manera de desentenderte y pretendes que sea así siempre, que tengas que hacer el mínimo esfuerzo, que tengas que quererlos por lo que hacen pero todo tiene un límite.
Ves tu situación, tienes amigos auténticos por los que matarías si fuese necesario aunque antaño te pareciese imposible pero has despertado tarde y otros tantos increíbles y fundamentales en ti han caído y no has peleado por evitar aquello, o sí lo has hecho pero no lo suficiente.
Hoy quiero pedir perdón aunque no sirva de nada por ser como soy aunque me guste ser así o creer que es lo mejor, pido perdón por esos días en los que no me apetece hablar, por los días en los que no cojo el teléfono, por los días que decido no hablar, por las veces que he hecho llorar, por las veces que hayáis sentido que dándome una bofetada caería del burro. Pido perdón por sacaros de vuestras casillas, por las situaciones incómodas, por aquellas palabras falsas para salir del paso, por querer incondicionalmente y jamás demostrarlo. Pido perdón por ser tan dejada y créeme que en eso no hace falta más odio del que me arrojo a mi misma, pido perdón por tener miedo a coger un teléfono, por no decir planes, por querer y no hacer, por no dar tanto como recibí.
Pido perdón a mis pilares fundamentales, a todos ellos, a los que me arañan el corazón intentando que luche día a día contra mí misma por ser como soy, a los que me dicen las cosas como son y no como las quiero oír, pido perdón a cada uno de vosotros aunque sea tarde, pero necesito sentirme un poco mejor. Necesito creer que todo tiene algún motivo y algún por qué. A los que me provocan que llore de tanto reír y yo no sepa hacer lo mismo. 
Necesito pensar que sigo siendo yo, y que siempre seguiré siéndolo. Necesito pedir perdón en los momentos que me siento terriblemente culpable. Necesito sentir que el bien que todos ellos han hecho y hacen en mí, lo hayan sentido ellos por mi parte.
Siento no haber sido como esperabais.

jueves, 12 de enero de 2012

Quien mejor para quererte, que tú mismo...

...Para Siempre...
Pasa de todo, como suele hacer con aquello que le rodea, y no es por simple cabezonería o rebeldía como puede creerse, sino una manera de protegerse del mundo, para no recibir más palos de los que ya vivió, tal vez por miedo a mostrarse tal como es, quizás porque sabe que será tiempo perdido.
Normalmente no muestra simpatía sino que puede estar días indefinidos cabreada con el mundo, sin ningún por qué aparente, Se siente frustrada con él, con la gente, con la vida, con todo en general. Tiene sus días buenos, sus días malos, sus días mimosos y perros, sus días de felicidad y locura, sus días de trabajo…como todo el mundo.
Es cabezota e irremediablemente picona, su manera de mostrar su cariño y la confianza que puede coger a alguien. 
No quiere cuentos de hadas, ni príncipes con princesas en castillos comiendo perdices como cualquiera desearía, quiere cariño a ratos, personas de las que no tenga que cansarse a los dos meses de aburrimiento ni depender de alguien al que tenga que darle explicaciones, gente que le haga despertar pasiones, que le calle cuando sea necesario, que deje que sea libre de verdad, sentir hasta el infinito. Quiere pasarlo bien, reírse si es necesario, llorar, viajar, sentir, anhelar…
Pero ella se cree rara y pocos la comprenden y la verdad es que prefiere seguir así, en su mundo, ese mundo en el que se encuentran aquellas personas que tienen la capacidad de comprenderla y quererla como es o simplemente aquellas que aceptan que jamás serán capaces de llegar a entenderla